Nací en 1945 una ciudad del desierto del Estado de Chihuahua y viví hasta los 3 y medio años en un rancho agrícola de mi padre.
A mi corta edad me enfermé de Fiebre Reumática, ya que hubo una epidemia de ésta fiebre en todo el estado de Chihuahua, quedándome desde entonces enferma del corazón con lesión aortica.
El pediatra me revisó periódicamente hasta los 15 años.
En 1975 acudí a un hospital de la Ciudad de México, me hicieron estudios y me diagnosticaron con estenosis de la válvula aortica…
Estudié 2 carreras e hice mi vida normal, estoy casada y tengo 2 hijos.
Hace 6 años acudí a revisión y vigilancia con un cardiólogo, todo bien pero siempre con el ruido del soplo cardiaco por mi lesión en la válvula aórtica…
En mayo del 2019 después de un ecocardiograma que registró aumento en la estenosis de mi válvula decidí atenderme y darle solución a mi problema cardiaco.
Estuve en exámenes y estudios y planeamos mi internamiento para cirugía de corazón para el 11 de febrero del 2019 (tenía 64 años). Me operaron el 12 de febrero del 2019, saliendo de la operación pasé solo unas horas en terapia intensiva, ahí desperté sin dolor ni molestias, para luego pasarme a terapia intermedia y luego a piso de hospitalización.
Varias enfermeras muy atentas y cariñosas me comentaron que me había operado un gran cirujano.
Al segundo día vi de nuevo a mi cirujano y con una sonrisa que me dijo: Hola Bertha, ¿cómo te sientes? Y Yo le contesté ¡bien!, contenta, él se sentó a mi lado y me contestó: todo salió muy bien en tu cirugía. Casi casi me dieron ganas de llorar de gusto y le pregunté: ¿Usted tuvo mi corazón entre sus manos? Y me dijo: ¡siiii yo lo tuve!
Entonces me dieron ganas de abrazarlo de tanto gusto de que todo estaba bien y de lo amable que sentía su trato. Rápidamente le pregunté ¿cómo estaba mi válvula? y me respondió: hecha piedra.
Le hice varias preguntas de mi operación y le pregunté ¿en que escuela de medicina estudió? y me contestó: En la Universidad Panamericana. Yo le dije: yo soy Ingeniera de la ESIME del Politécnico.
Luego le pedí tomarnos una foto.
Y así durante 5 meses el Dr. Mario Gómez me revisó y atendió en su consultorio y ahora en el mes de Julio del 2020 me dio de alta.
Me siento muy afortunada de haberlo conocido y que sus manos me hayan operado.
Me siento perfectamente bien, he regresado a mi vida habitual en Chihuahua, estoy contenta y continúo siguiendo sus indicaciones.
Todos los días sigo dando gracias que él (el Dr. Mario Gómez) me haya operado.